El torrencial aguacero casi tumbaba los ranchos de la invasión Brisas del Lago, ubicada vía a La Cañada de Urdaneta. El agua se metía en la humilde vivienda del infortunado y amenazaba con inundarla.
Bracho salió para acomodar las láminas de zinc y echarle arena a las frágiles bases. Estaba descalzo y completamente mojado. Sintió una fuerte descarga eléctrica que lo tumbó al suelo, a las 8.00 de la noche del pasado martes.
''Yo sentí una corriente y caí de rodillas. El cielo se iluminó de repente y escuché un fuerte ruido. Después mi esposo gritó y lo vi tirado en el piso, se levantó y miró a todos lados. No podía quedarse parado, se volvió a caer como si estuviera desorientado''.
Con una voz quebrantada explicó que levantó a su esposo y lo llevó hasta la cama. Allí quedó inconsciente.
Una vecina ayudó a Eudimar Montiel a llevarlo hasta el centro ambulatorio El Silencio. El personal médico intentó salvarlo, pero ya no se podía hacer nada. La electricidad entró por los pies y salió por el pecho y el brazo izquierdo. Tenía heridas abiertas con quemaduras en esas partes.
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