«Eran las cuatro y media de la tarde, estaba metiendo las llaves en la puerta de la entrada y he sentido cómo me daba la electricidad, las he tirado al suelo y en ese momento he visto una luz muy grande encima de mi cabeza». Así cuenta su experiencia María José Carretero. Esta trabajadora del colegio público Joaquín Sorolla estuvo a punto de ser alcanzada por un rayo que ayer por la tarde retumbó por toda la ciudad de Alicante.«Después de ver la luz ha venido el estruendo y ahí sí que me he asustado, menos mal que no ha sido nada», cuenta María José aliviada. Según explica, «todos hemos sentido tan cerca el ruido y el temblor que estamos seguros de que ha sido uno de los pararrayos del colegio el que ha impedido la catástrofe».
«Cuando me he tranquilizado, me he dado cuenta de que todos los niños de la clase que da al patio cercano a la puerta estaban nerviosos y asustados», añade. «Todavía no puedo creer que haya estado a punto de partirme un rayo».
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