Una persona murió y dos más resultaron lesionadas luego de ser alcanzadas por la chispa de una descarga eléctrica.
La víctima fatal del evento de la naturaleza, fue identificada como Rafael Díaz Bañol, de 42 años de edad, mientras que dos de sus compañeros de trabajo, Jhony Marín Aricapa de 28 años y Amado Ibarra Aricapa de 67 años de edad sufrieron algunas quemaduras de carácter leve, no obstante, fueron trasladados de urgencia al Hospital de San Joaquín y de allí remitidos al San Jorge de Pereira.
El trágico episodio tuvo como escenario la finca El Talud, una sección de la Hacienda la Gaucha, propiedad de la familia Gaviria, ubicada en jurisdicción del corregimiento de Morelia.
Sólo fue la cola del rayo, de lo contrario las víctimas hubieran sido mayores, dijo James Becerra Aricapa, otro de los empleados de la finca que también se encontraba en el lugar y que por fortuna no fue objeto de la descarga.
estábamos empezando a laborar cuando una nube cubrió el cielo, de repente se vieron relámpagos y seguidamente se vino el aguacero por lo que decidimos escamparnos en una tolfa. Cada uno nos fuimos ubicando donde no nos mojáramos, todo estaba en silencio, apenas nos encomendábamos a Santa Bárbara bendita, cuando un estruendo nos dejó sordos y casi ciegos, miré a mi alrededor y allí estaban mis compañeros tirados en el piso.
http://www.eldiario.com.co/
http://www.bretaniongroup.com/
La víctima fatal del evento de la naturaleza, fue identificada como Rafael Díaz Bañol, de 42 años de edad, mientras que dos de sus compañeros de trabajo, Jhony Marín Aricapa de 28 años y Amado Ibarra Aricapa de 67 años de edad sufrieron algunas quemaduras de carácter leve, no obstante, fueron trasladados de urgencia al Hospital de San Joaquín y de allí remitidos al San Jorge de Pereira.
El trágico episodio tuvo como escenario la finca El Talud, una sección de la Hacienda la Gaucha, propiedad de la familia Gaviria, ubicada en jurisdicción del corregimiento de Morelia.
Sólo fue la cola del rayo, de lo contrario las víctimas hubieran sido mayores, dijo James Becerra Aricapa, otro de los empleados de la finca que también se encontraba en el lugar y que por fortuna no fue objeto de la descarga.
estábamos empezando a laborar cuando una nube cubrió el cielo, de repente se vieron relámpagos y seguidamente se vino el aguacero por lo que decidimos escamparnos en una tolfa. Cada uno nos fuimos ubicando donde no nos mojáramos, todo estaba en silencio, apenas nos encomendábamos a Santa Bárbara bendita, cuando un estruendo nos dejó sordos y casi ciegos, miré a mi alrededor y allí estaban mis compañeros tirados en el piso.
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